Tristán Suárez venció a Almirante Brown por 4 a 3, en un partido lleno de emociones. Para el local, los goles fueron convertidos por Villalba (2), Walter Mendoza e/c y César Aquino, mientras que para la visita marcaron Rubén Ferrer (2) y David Reano. Fue un encuentro plagado de errores, principalmente defensivos. Contó con dos expulsiones y se sancionaron dos penales. La figura fue Villalba, mal arbitraje de Guillaume.
Llegamos al estadio con una buena expectativa, sabiendo que los equipos ya tienen ocho fechas jugadas y que ya no vale la excusa que no están armados o que necesitan tiempo para trabajar. Orfila saludó a medio Almirante y todo fue en paz hasta que rodó la pelotita. Empezó con todo, a los 3´ Suigo pisó el área, lo tocaron y luego del penal que sancionó Guillaume, Villalba convirtió el primero. Ahí fue la “fragata” con mucho ímpetu y pudo empatar a los 11. Reano captó la pelota luego de una serie de rebotes, para poner las cosas como el principio. Pero fue en vano porque a los 15, Llinás calculó mal en un centro bajo y otra vez Villalba le daba la victoria transitoria al “lechero”. Cuando pensábamos que se tranquilizaban, siguieron las emociones: Después de una apilada de Zarosa, que la rompió en los primeros 45´, habilitó a Ferrer que solo tuvo que empujarla para el 2 a 2. Antes que se vayan al descanso, Mendoza, en contra de su propio arco ponía el 2-3 y las malas noticias no terminaban para la visita porque González le aplicó un golpe a Grecco y vio la roja, segundos antes de terminar la primera mitad.El complemento se efectuó de ida y vuelta, con menos errores defensivos, debido a que el cansancio jugaba un papel importante y hacía que Suárez cuide un poco el resultado. El empate estaba cerca y más cuando Mussón se fue expulsado, después de una fuerte patada a Edilio. Estaban 10 vs. 10, pero los de Ezeiza tenían al intratable Villalba, quién tocó para Grecco y este abrió para la entrada de Aquino para poner el cuarto gol. Almirante no se quedó, Blas volvió al 4-3-3, con Maraschi en cancha y volcó el juego por la derecha, buscando el descuento, que finalmente llegó cuando lo derribaron a Zarosa y Ferrer obtuvo el segundo de su cuenta personal. En el descuento ocurrió un hecho insólito: A Cardozo lo tocaron en el área, era penal, pero Guillaume y el asistente no lo vieron. Allí Blas Armando tomó la decisión de irse por sus propios medios de la cancha, cruzó a lo ancho y ante la mirada de todos, que pensábamos que había sido expulsado, se metió en el vestuario fastidioso por el arbitraje. Vivimos una tarde a puro fútbol, goles, emociones, pero ambos equipos tienen que mejorar de cara a lo que viene. Los de Giunta perdieron terreno con los de arriba y esperan por Defensores en la próxima, mientras que los de Pasini visitarán a Chicago, con el objetivo de continuar la recuperación.